Quería compartir con los lectores un par de fotos astronómicas, algo curiosas en el sentido de que no son lo que la mayoría de la gente se espera.
La primera la hice ayer desde mi terraza. Se trata de la conjunción de la Luna y Mercurio (acercamiento máximo observado en el cielo desde la Tierra). Son fenómenos relativamente habituales que no dejan de llamar nuestra atención. Ambos cuerpos se encontraron ayer muy cerca, unos 2,5º (la mitad del campo de visión de unos prismáticos normales 10x50 para situarnos). Mercurio al ser el planeta más cercano al Sol resulta muy esquivo y nunca lo encontraremos muy alto en el cielo y, por tanto, mucho después de atardecer (o mucho antes del amanecer). En este caso, el que la luna apenas tuviera dos días lo hacía más interesante por el contraste entre las partes iluminada y no iluminada (la llamada luz cenicienta).
Conjunción Luna-Mercurio del 13 de mayo de 2021
La segunda de las fotos es un halo solar que me encontré el otro día (4 mayo) cuando salí a la terraza a hacer mis habituales observaciones solares. Es un fenómeno meteorológico poco habitual (de hecho, un círculo perfecto como este es la primera vez que lo veo) que tiene que ver con la refracción de la luz solar (o lunar, que también los hay nocturnos) producida por pequeños cristales de hielo situados en la alta atmósfera. El halo, al menos desde que yo lo observé, duró muy poco y apenas se mantuvo visible unos 5 minutos, justo para coger el móvil y hacer un par de fotos.
Halo solar observado el pasado día 4
Esperemos que ahora que se ha retirado el toque de queda y a medida que el ritmo de vacunación aumente podamos recuperar una cierta normalidad y retomar nuestras actividades y observaciones con la llegada del buen tiempo. ¡Nos vemos en verano!