martes, 21 de noviembre de 2023

Algo raro en el cielo

    A lo largo de nuestra vida son muchas las horas que los astrónomos nos pasamos observando y disfrutando de las maravillas que nos ofrece el cielo nocturno y es por eso que lo conocemos tan bien. Nos basta una rápida mirada para ubicarnos y localizar las principales constelaciones y los planetas y en seguida percibimos cuando algo no cuadra, lo cual es muy raro que suceda. Sin embargo, precisamente esto último es lo que ocurrió el sábado pasado, dejándonos bastante sorprendidos.  

    Acababa de atardecer y en nuestro Complejo algunos socios estaban ya terminando de preparar los equipos o directamente empezando con las primeras observaciones de la noche. De repente alguien gritó: ¡Mirad ahí! ¿Qué es eso? Lo primero que pensamos fue en una especie de nube rara, grande y brillante que cubría una parte importante del cielo, ¿una nube noctilucente? No parecía, y además se veían como restos de un cohete o algo similar que se me movía alrededor, como cayendo. La segunda opción fue la reentrada en la atmósfera de la Starship, aunque tampoco acaba de cuadrarnos porque había sido lanzada a las 14 de la tarde, por tanto, varias horas antes.

 

Así vimos desde Quintanarraya los restos del misil francés lanzado el pasado 18 de noviembre
 

    A los pocos minutos, tal y como empezó el fenómeno, desapareció, dejándonos con las dudas de lo que habíamos visto. La respuesta llegaría poco tiempo después por las redes sociales y por diversos medios digitales: se trató de los restos de un misil balístico de largo alcance lanzado por Francia en el marco de su programa nuclear (eso sí, no llevaba carga atómica). Al menos por lo que se refiere a la parte "astronómica" estamos más tranquilos al conocer el origen de este extraño fenómeno, nada nuevo bajo el Sol, nunca mejor dicho. Sin embargo, es la otra cara de la moneda, la militar y la actual situación geopolítica a nivel mundial la que me preocupa algo más ...



sábado, 9 de septiembre de 2023

Un cometa esquivo ... pero interesante

    Hasta que me he puesto a escribir esta entrada no sabía si merecía la pena hacerlo o no. Me explico. Hace casi un mes el astrónomo amateur japonés Hideo Nishimura descubrió el cometa C/2023 P1, que lleva su nombre. Se trata de un cuerpo que se encuentra muy cerca del Sol, lo que dificulta tremendamente su observación. En condiciones normales no merecería mucho la pena madrugar (o aguantar la noche entera observando como hemos hecho nosotros) para observarlo. Lo que pasa es que enseguida se vio que podría llegar a ser suficientemente brillante para ser visible a simple vista.

 

 
Así vimos el Nishimura desde Quintanarraya al amanecer del día 24, cuando se encontraba en torno a la 9,5 mag.
 
 
    Aunque llegamos a observarlo por primera vez apenas diez días después de su descubrimiento, estaba todavía débil y el hecho de observarlo con un cielo que ya empezaba a clarear no ayudaba mucho. Lo pudimos ver con unos grandes prismáticos (25x100) y un Dobson de 40 cm, pero apenas mostraba actividad y parecía un cúmulo globular.
 
    Desde entonces el Nishimura, según ha seguido acercándose al Sol, ha ido aumentando de brillo y se encuentra ya en magnitud 4,5. Si se cumplen los pronósticos se espera que, al alcanzar su perihelio el día 17, podría alcanzar la 2,5 mag, ¡nada mal! claramente visible a simple vista y un espectáculo para unos prismáticos típicos 10x50.


Evolución del brillo del cometa y predicciones actualizadas para los próximos días.

 

    Parece ser que el Nishimura es un cometa periódico, que completa cada órbita en unos 500 años. Esto es importante porque indicaría que este no es su primer paso por el perihelio, por lo que el núcleo podría ser suficientemente compacto como para no destruirse y ofrecernos un buen espectáculo. En la actualidad, como se puede ver en las fotos que siguen, el cometa ha desarrollado una cola de varios grados que lo hacen fácilmente visible. El gran problema es, que como decíamos al principio, cada vez se acerca más al Sol, por lo que su visibilidad se ve reducida a una franja muy breve de tiempo, primero momentos antes del amanecer y en breve, justo después del atardecer.

 

 

 Así se veía esta madrugada el cometa desde Gran Canaria, aspecto que debería mantenerse durante los próximos días (Frank A. Rodríguez).

 

     
    En esta ocasión no mostramos una carta de localización para encontrarlo porque, para observarlo en los próximos días, basta mirar al cielo (muy claro, prácticamente ya sin estrellas) en la dirección del Sol, poco antes de que salga y se ponga (sobretodo los días antes del 17), y buscarlo en dirección NO, en la constelación de Leo.  ¡Buena suerte!


 
 El día 2 de septiembre, una eyección de masa coronal proveniente del Sol golpeó el cometa, arrancando parte de su cola. El astrónomo austriaco Michael Jaeger lo captó en esta espectacular imagen.