Después de algo más de dos años desde que la actividad solar alcanzara el segundo pico, y máximo, de su ciclo undecenal, el Sol ha entrado en época de baja actividad, en la parte final del ciclo 24. Durante los últimos meses cada vez han sido más frecuentes los días sin manchas, típicos de esta etapa del ciclo. En 2016 se han registrado 26 días en blanco, la mayor cifra desde 2010 cuando el actual ciclo estaba comenzando. Todavía tendremos que esperar un par de años con esta baja actividad, el momento más aburrido para los observadores, para finalizar el ciclo.
De color amarilo están representados los valores en bruto del número de Wolf total, con el típico aspecto aserrado debido al ruido que muestran las series con muchos datos. Para resaltar la actividad subyacente se suavizan los datos originales mediante un sencillo algoritmo. De esta manera, con líneas gruesas se muestra la actividad suavizada, donde se aprecia claramente el ciclo undecenal. De color gris aparece la actividad total, mientras que en azul (norte) y rojo (azul) se detalla la actividad por hemisferios.
Como se puede observar, en estos dos últimos ciclos la actividad global viene marcada principalmente por el hemisferio sur. El sur muestra máximos más marcados mientras que en el norte la actividad es más homogénea. Después de alcanzar su máximo, el hemisferio sur está cayendo en picado, como se puede apreciar en la gráfica y en los últimos meses la actividad casi ha desaparecido. Los pocos grupos que aparecen sobre el disco solar están emergiendo en el hemisferio norte.
En los próximos meses la actividad suavizada, no necesariamente la observada día a día, seguirá disminuyendo hasta alcanzar su mínimo aproximadamente en un par de años, ¿o no? Habrá que seguir observando y esperar a ver la evolución en esta parte final del ciclo, no sea que suceda como en el anterior ciclo un mínimo especialmente largo y profundo.
A falta de espectaculares grupos de manchas que mostrar, incluyo una gráfica interesante donde se compara el valor de la actividad solar y la asimetría entre hemisferios.
En la parte inferior aparece el valor de la asimetría: si este valor es positivo (colores cálidos) la actividad en el hemisferio norte es mayor que en el hemisferio sur, y al revés (colores fríos) si es negativo. Cuando la asimetría vale cero la actividad es igual en ambos hemisferios.
Para comparar mejor, en la parte superior se muestra también la actividad solar mostrada en el anterior gráfico. El comienzo de los ciclos está marcada con las líneas magenta y verde mientras que los máximos (primero y segundo) de actividad se muestran como líneas discontinuas de color marrón.
Es interesante apreciar cómo los cambios de ciclo o los momentos de máxima actividad están relacionados con momentos en que la asimetría está igualada o hay un cambio en la tendencia. Durante el ciclo 23 se observa que en la primera parte del ciclo domino ligeramente el hemisferio norte mientas que después del segundo pico fue clarísimo el predominio de la actividad en el sur. En el actual ciclo se ve como en el comienzo del ciclo ha dirigido la actividad el hemisferio norte. En el periodo entre máximos se cambió la tendencia y desde el segundo máximo se ha vuelto a invertir la situación y al revés de lo que pasó en el ciclo 23 la actividad en la parte final del ciclo va a estar dominada por el hemisferio norte.
Se intuye también cómo la asimetría media es distinta en cada ciclo: en el anterior predomina el sur y en este ciclo la asimetría media será positiva. Pocos datos todavía para establecer patrones regulares en la actividad solar, pero se intuyen tendencias muy interesantes.
Seguiremos apuntando con el telescopio al Sol para seguir de cerca la evolución final del ciclo y presenciar el comienzo del ciclo 25, momento en el que volveremos a encontrarnos en este blog.
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