Todavía con la resaca de las fiestas navideñas nos llega la primera gran sorpresa, astronómicamente hablando, de 2023. Tenemos a las puertas un cometa que tiene grandes posibilidades de llegar a ser visible a simple vista a finales de mes.
Fig. 1: Imagen tomada por Pepe Chambó la pasada Navidad desde Vallès (Valencia).
Descubrimiento del C/2022 E3 (ZTF)
El cometa en cuestión es el C/2022 E3 (ZTF). No tiene un nombre propio sino que es conocido por su nomenclatura sistemática. Esta consiste en una letra (P ó C) seguida del año del descubrimiento, otra letra (en orden alfabético comenzando por la A) que hace referencia a la quincena en que fue identificado y un número que indica el orden de descubrimiento en dicha quincena. Por último se añade el nombre propio si lo tiene (generalmente cuando el descubrimiento lo hace un observador independiente) y si no, el nombre del proyecto que lo descubrió.
En este caso, este cometa fue el tercero (3) descubierto la quinta quincena (E, la primera de marzo, concretamente el día 2) de 2022. La letra C nos indica que no es un cometa periódico (observado en distintos perihelios), como por ejemplo el celebérrimo Halley, sino que es la primera vez que se observa. Por último, se añade entre paréntesis que este cometa fue descubierto por la colaboración ZTF. Dicha colaboración, Zwicky Transient Facility, se encarga de observar el cielo en distintos filtros con la cámara de gran campo (47º) que se encuentra acoplada al telescopio de 1,2 m del histórico observatorio de Monte Palomar y es capaz de barrer todo el cielo en apenas 2 días.
Fig. 2: Secuencia de imágenes en el momento del descubrimiento, cuando el cometa se encontraba con magnitud 17 (ZTF).
Gracias a las numerosas observaciones hechas desde su descubrimiento y al análisis de imágenes anteriores en las que se ha logrado identificar el cometa, hemos sido capaces de calcular su órbita con gran precisión. Sabemos que se trata de un cometa de periodo largo, es decir, de más de 200 años. En este caso bastante más: ¡casi 50000 años! Esto quiere decir que la última vez que surcó nuestros cielos fue durante el Paleolítico, cuando el planeta estaba poblado por los Neandertales, ¡quién sabe si llegó a ser suficientemente brillante para ser observado por nuestros antepasados y qué pensarían del fenómeno! Parece que esto no volverá a ocurrir ya que después de este paso por el perihelio su órbita se irá abriendo y el cometa saldrá del Sistema Solar.
Pronósticos y visibilidad desde Burgos
Centrándonos de lleno en lo que nos interesa, su observación, tenemos que tener en cuenta que hasta ahora ha sido un objeto esquivo, visible prácticamente poco antes del amanecer. Llegó al perihelio el día 12 (a 1,11 UA del Sol) pero no es hasta el 1 de febrero cuando alcanzará su mayor aproximación a nuestro planeta (0,28 UA, unos 42 millones de km) y, por tanto, será el mejor momento para su observación. Los mejores pronósticos indican que podría llegar a una magnitud de 4,5. Tenemos que tener en cuenta que se trata de un objeto difuso y, por tanto, su brillo se reparte por toda su superficie, por lo que va a ser siempre más débil que una estrella de la misma magnitud. Es decir, aunque una estrella de magnitud 4,5 es claramente visible desde un cielo oscuro, un cometa de la misma magnitud se encontraría al límite de la visibilidad por el ojo humano. Su actividad (¿incrementada tras alcanzar el perihelio?) y la presencia de grandes colas favorecería su detección. En cualquier caso se espera que sea un objeto muy sencillo para unos prismáticos pequeños (p.ej. tipo 10x50).
Fig. 3: Evolución del brillo del cometa a lo largo del tiempo. Las líneas (roja y gris) son el modelo que mejor ajusta las observaciones (puntos azules y negros) realizadas hasta la fecha.
En la carta que se muestra a continuación se puede ver el recorrido que seguirá el cometa desde el día 16 hasta primeros de febrero. Por el momento se trata de un objeto visible durante el final de la noche, aunque a finales de mes se encontrará suficientemente alto desde la medianoche, cerca de la estrella polar. A mediados de febrero se irá acercando a Marte y a la Híades por lo que, si no ha perdido mucha de su luminosidad, seguiría siendo sencillo de encontrar.
Fig. 4: Localización del cometa en las próximas dos semanas, durante los momentos de mejor visibilidad.
De momento, como decía, el cometa sigue siendo visible a última hora de la noche (hoy 16 estará a una altura de unos 5º a medianoche y 36º a las 4 de la mañana) pero a finales de mes ya será visible toda la noche. Por ejemplo, a modo orientativo, el día 1 a las 21h se encontrará ya alto sobre el horizonte, a 59º, 61º a medianoche y 42º a las 4h. Sin embargo, no solo es importante la posición del cometa, también tenemos que contar con la Luna. Tendremos Luna nueva el próximo domingo 22, por lo que al llegar a su máxima aproximación a la Tierra, a la Luna le faltarán sólamente 4 días para estar llena ... lo que nos fastidiará la observación del cometa.
Como sabemos, los cometas son muy impredecibles y más de una vez nos hemos llevado un buen chasco, mientras esperábamos al "enésimo cometa del siglo". Veamos cómo evoluciona el cometa, si cumple o no las espectativas de brillo y si se muestra suficientemente activo para desarrollar una cola interesante. ¡Buena observación!