Pues sí,
el Sol está inmerso de lleno en su época de más baja actividad: prácticamente nula (refiriéndonos siempre a la presencia de manchas sobre su superficie, reflejo del campo magnético). Algunos medios de prensa y páginas web, dejándose llevar por la superficialidad de estos días y buscando titulares espectaculares (y muchas veces vacíos) que aumenten su número de visitas, auguran un "catastrófico" nuevo
mínimo de Maunder. Esto no es nuevo y también durante el mínimo anterior sucedió lo mismo. Me acuerdo que ya en 2008 presenté en el XVIII CEA de Huesca, una ponencia precisamente sobre esto, titulada
"¿Qué le pasa al Sol? Nada". Y como ahora, en absoluto estamos viviendo una situación anómala. Como ya he explicado en otras ocasiones, el Sol
sigue unos ciclos de actividad de una duración media en torno a los 11 años, conocido por ello como ciclo undecenal. En los periodos de máximo se pueden ver al mismo tiempo muchas manchas (y muy complejas), algunas visibles a simple vista (siempre con la protección adecuada) como la de la Fig. 1:
Fig. 1: Imagen del Sol durante el máximo del actual ciclo. En el centro se puede observar la mancha 2192, la mayor de los últimos 30 años, unas ¡15 veces más grande que la Tierra! (Fotografía tomada el 23-10-14 con un R90 con filtro milar mediante proyección)
Sin embargo, en los momentos de mínimo, como el actual, es normal que en muchos de los días no se vean manchas y, en los casos que las haya, éstas suelen tener una estructura muy simple y una vida muy efímera. En estos momentos, para valorar el nivel de actividad, es más habitual contar el número de dias sin manchas. En este tipo de gráficas, el comportamiento del ciclo es el contrario del que estamos acostumbrados a ver en las gráficas habituales (como la de la Fig. 3). El máximo (o pico) de la gráfica corresponde con el mayor número de días sin manchas, es decir, con el mínimo del ciclo. En la Fig. 2 se ha representado este valor durante los últimos cien años y lo primero que nos llama la atención es que 2019 fue el año con menos manchas (aproximadamente en el 75% de los días del año no hubo ninguna). Sin embargo, hay que tener en cuenta que en el ciclo 23, durante dos años consecutivos (2008 y 2009), se alcanzaron valores ligeramente menores a los de 2019. Esto supuso que durante el ciclo anterior en más de 800 días no hubiera manchas, casi 100 días más que en el actual, aunque a estos valores todavía nos quedan muchos días que sumar y no sabemos hasta dónde llegaremos. Lo que está claro es, que desde este punto de vista, ambos ciclos están siendo muy parecidos, con una actvidad más bien moderada.
Fig. 2: Número de días sin manchas durante los últimos cien años, abarcando desde el ciclo 15 hasta el actual.
ACTUALIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD SOLAR: FINAL DEL CICLO 24
En este momento, dos años después de la
última actualización que hice con motivo de la aparición de los primeros grupos del nuevo ciclo, la actividad continúa en niveles muy muy bajos, aún más si cabe, parecidos a los del anterior ciclo, en torno a las dos unidades.
Hablamos siempre de la actividad suavizada (línea gris en la Fig. 3), no de la bruta (media mensual), con mucho más ruido. Este suavizado no es más que una media que tiene en cuenta, además del mes en curso, los seis meses anteriores y los seis posteriores. Por ello, aunque tenemos datos brutos hasta mayo, los datos suavizados sólo alcanzan hasta noviembre. Además, en este momento, los datos de 2020 todavía no son definitivos (aunque los valores oficiales serán prácticamente idénticos). Como decía, con los datos actuales en la mano
parece que el hemisferio sur ya ha alcanzado su mínimo a mediados de 2019 (con un valor de 0,3 unidades desde mayo a julio). Con una actividad en torno a la unidad el hemisferio norte sigue en descenso, al igual que el valor total, aunque
el comienzo del ciclo 25 es ya inminente.
Como ya se ha comentado en otras ocasiones, conviene recordar que el comienzo (o final) de un ciclo viene siempre referido al mínimo de la curva de la actividad suavizada que, como decía antes, no se corresponde con el momento actual, ya que hay un desfase de medio año por la estadística empleada. En estos momentos (noviembre 2019) se cumplen los 11 años del ciclo 24, que lo sitúa en la media en cuanto a duración se refiere. Durante el mínimo entre dos ciclos, el viejo va desapareciendo paulatinamente a la vez que se va desarrollando el nuevo. La consecuencia de este solapamiento es la convivencia de grupos de ambos ciclos durante un tiempo. Por ejemplo, en el anterior mínimo, el primer grupo del ciclo nuevo apareció un año antes del comienzo oficial del mismo. ¿Qué está sucediendo ahora?
Fig. 3: Actividad solar mensual de los dos últimos ciclos, en bruto y alisada (total y por hemisferios).
CAMBIO DE TENDENCIA: ¿PRINCIPIO DEL CICLO 25?
El primer grupo del nuevo ciclo, RA2694, apareció en enero de 2018 y, desde entonces, han pasado ya dos años y medio y seguimos sin comenzarlo de manera oficial. Entonces, ¿todo sigue igual? Pues la verdad es que no. A pesar de que no podamos decir que el ciclo 25 haya comenzado, lo cierto es que desde finales del año pasado el peso de la actividad está recayendo sobre los grupos nuevos.
Si nos fijamos en los grupos (con numeración NOAA) que han aparecido en los últimos tres años, encontramos en total 101 (del 2665 al actual 2765). La gran mayoría de ellos ha generado manchas muy efímeras de tipo A, e incluso en algún caso (como por ejemplo el 2764, que ha estado transitando estos días al mismo tiempo que el 2765) el campo magnético no ha sido suficientemente intenso como para generar una mancha. Al representar el número de grupos observados, agrupados por trimestres para que la muestra sea más significativa dada la poca actividad existente, se pueden observar dos tendencias claras. La primera es que los grupos del nuevo ciclo, desde el último trimestre de 2019 superan ya a los del viejo (Fig. 4 parte superior). Hasta ese momento se veía cómo el número de grupos (casi en su totalidad del ciclo 24) iban disminuyendo progresivamente. A partir de finales del año pasado parece que el número de grupos se ha estabilizado principalmente gracias a la aparición de los grupos del ciclo 25. La segunda, y más importante, es que esta tendencia cada trimestre parece ir a más y en la actualidad los grupos del ciclo nuevo suponen ya el 85% del total (Fig. 4 parte inferior), señal inequívoca del momento en que nos encontramos.
Fig. 4: Arriba: Número de gupos desde el tercer trimetre (T3) de 2017 hasta la actuliadad. Abajo: porcentaje (en tanto por uno) de grupos del nuevo ciclo respecto al total. La flecha indica el momento en que el primer grupo del ciclo 25 apareció.
Estos números podrían indicar que el mínimo del ciclo se habría producido ya entre el tercer y el cuarto trimestre del pasado año. Un
reciente estudio, sobre la abundancia de helio en el viento solar parecería confirmar lo mismo. Sin embargo, todavía es pronto para saber a ciencia cierta si el ciclo 25 ha comenzado o no,
lo único que está claro es que nos encontramos o justo al final del 24 o justo al principio del 25. En unos meses saldremos de dudas.