Polvo de estrellas somos y en polvo nos convertiremos, mientras tanto, polvo buscaremos.
Pues
si, así es, no hace falta expediciones por el desierto con jeeps
incorporando planchas con imanes que recogan los meteoritos metálicos
que van pillando al paso. Ni seguir las estelas que dejan los bólidos al
entrar en búsqueda de su lugar de caída. Ni mucho menos esperar que la
suerte haga que nos topemos con uno de ellos en nuestro camino.
Así que si el meteorito no va al astrónomo, el astrónomo va al meteorito.
Todos
los días, desde el espacio nos llega a la Tierra unas cien toneladas de
polvo y material extraterrestre, siendo el 99% de ellos de 0.05mm y
0.5mm. Si sumamos el caído en las lluvias de estrellas ese número es aún
mayor.
La mayor parte de ese material, en la caída por la atmósfera se descompone y se funde en caso de ser metálicos o sideritos.
Al seguir cayendo y enfriándose, solidifican en pequeñas esférulas que quedan en suspensión en por la atmósfera.
Poco
a poco, y gracias a la lluvia, este polvo es recogido por las gotas de
agua y va precipitado a tierra. Gran parte de ello caerá sobre el suelo y
se perderá, pero otra pequeña parte caerá sobre los tejados de nuestras
casas y con el tiempo se irán depositando en los canalones.
Ese polvo depositado es el que nosotros recogeremos.
Procedimiento
El objetivo será obtener los micrometeoritos metálicos de todo el material que obtenimos en los canalones.
Lo
primero que haremos es con un colador normal y corriente separar las
partículas más grandes del resto del material. En mi caso, los granos
que se quedan en el colador son partículas componentes de de las propias
losas del tejado, piedras, hojas y demás.
Primer filtrado con un colador |
Vemos
como en el bol inferior se va acumulando un polvo mucho más fino que el
que está en el bol naranja superior y en el colador. Aun así, siguen
siendo granos muy grandes para lo que nosotros queremos.
De todo ese bol, obtendremos apenas unos miligramos de polvo útil.
El
siguiente paso será poner una parte del polvo obtenido en un papel, y
con un juego de muñeca, como hacen los buscadores de oro con el bateo,
ir moviendo el papel para conseguir que las partículas más grandes vayan
cayendo por peso y el polvo más liviano quede atrás.
Cribación por tamaño |
Una
vez hecho este nuevo cribado, vemos que lo que queda es principalmente
polvo. Ahora sí que sí, habiendo eliminado la mayor parte de partículas
del tamaño de 1mm.
Con
esto que nos queda, lo esparciremos a lo largo de todo el papel,
ayudándonos de una tarjeta de crédito para que quede más o menos
uniforme. La tarjeta de crédito también nos ayudara a barrer las
partículas de mayor tamaño que se nos habrán podido colar en el paso
anterior. Algo así nos tendrá que quedar:
Polvo esparcido sobre el papel |
Ahora que ya tenemos todo sobre el papel, empieza lo divertido.
Tomaremos
un imán, cuanto más potente mejor, y lo meteremos en una bolsa de
plástico. En mi caso es una típica que viene en rollos para meriendas.
Con
mucho pulso la pasaremos por encima de todo este polvo, haciendo un
barrido sistemático para no olvidarnos ninguna zona. ¡Aquí cada grano
cuenta!
Pasada imán por el papel |
Vemos
como las partículas metálicas se van quedando pegadas en el imán
envuelto en el plástico atraídas por su campo magnético. Poco a poco
iremos apartando ese material pegado en el imán simplemente retirando la
bolsa encima de otro papel, de tal forma que al sacar el imán de la
bolsa, el polvo caerá por su propio peso.
Tras unas cuantas pasadas obtendremos una polvo más "puro" en micrometeoritos pero aún así lleno de materia que no nos interesa.
Polvo casi final |
El último paso es simplemente repetir el anterior unas cuantas veces hasta refinarlo lo más posible.
Esto lo iremos comprobando con un microscopio, viendo la densidad de micropartículas esféricas que van quedando.
Intentaremos
que la densidad sea la mayor posible, ya que como hemos visto, de una
buena cantidad de materia recogida de los canalones, apenas obtendremos
un pellizco de polvo útil.
Esta es la cantidad obtenida de parte de la materia sacada del primer bol:
Y ahora, lo esperado, las imágenes de los micrometeoritos en si.
En
esta primera imagen vemos una gran esférula justo encima del ecuador de
la imagen. A su vez, en la esquina superior izquierda vemos una
circunferencia de referencia, por lo que podemos ver que la esférula es
de aproximadamente unas 400 micras. Siendo esta una de las más grandes
que he encontrado por ahora.
En esta otra vemos dos esférulas de tamaño algo menor.
El
próximo paso será el de analizarlos con técnicas espectroscópicas para
ver su composición y poder corroborar que efectivamente se trata de
material extraterrestre, proveniente de nuestro sistema solar por lo que
traeremos nuevas entradas.
Agradecimientos a Juan Carbajo y a Sergio Retuerto.
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