Como ya hemos comentado otras veces en este mismo blog, el Sol sigue un ciclo de actividad de unos once años de duración, durante el cual su aspecto cambia considerablemente.
Después de llegar a su mínima actividad, en promedio, el Sol tarda unos 3,5-4 años en alcanzar de nuevo los niveles de máxima actividad, en los que permanece normalmente 1,5-2 años. Posteriormente la actividad comienza a decaer de manera progresiva para volver a su nivel mínimo pasados 5-6 años. En realidad este ciclo se repite con cada polaridad magnética, por lo que en realidad el ciclo completo sería de unos 22 años.
Desde AstroDemanda realizamos observaciones diarias del Sol (siempre y cuando el tiempo lo permita, claro está) y seguimos la evolución de su actividad a lo largo del ciclo, actualizando cada cierto tiempo nuestro blog para compartirlo con nuestros lectores. En las últimas entradas veíamos cómo estaba terminando el ciclo 24 y empezando el actual, el 25. En esta ocasión la noticia es que hemos llegado al máximo solar, que como decía anteriormente, no es cosa de unos días si no que se trata de un periodo relativamente duradero. La Fig. 1 muestra la actividad solar desde 1995, abarcando los dos últimos ciclos y lo que llevamos del actual:
Fig. 1: Curva de la actividad solar mensual, bruta y suavizada, total y por hemisferios, actualizada con los últimos datos disponibles del pasado abril.
Se puede apreciar cómo en enero se alcanzaron los niveles de actividad (todavía en bruto, habrá que esperar unos meses para seguir construyendo la curva suavizada) del ciclo anterior. Esta curva está basada en el conteo de las manchas solares (el llamado número de Wolf) pero lo mismo ha sucedido con otros índices de actividad como el flujo en radio a 10,7 cm, el incremento de fulguraciones de tipo X, el número de grandes manchas observables a simple vista ... etc.
En estos momentos llevamos ya tres años y medio de ciclo y parece que acabamos de alcanzar el primer pico del máximo undecenal. Desde diciembre se ha mantenido una alta actividad media, rondando cuando no superando claramente, el umbral de las 100 unidades, con máximos diarios en torno a las 150-200 unidades, algo sólo visible durante los momentos de máximo. En estos últimos meses hemos asistido también a la aparición de grandes grupos E/F, los más espectaculares, muchos de ellos visibles a simple vista y algunos con configuraciones magnéticas bastante complejas. También ha aumentado el número de las fulguraciones de tipo X, las más energéticas, aunque todavía no han sido especialmente intensas.
Hasta ahora el mes más interesante ha sido enero y, como una imagen vale más que mil palabras, hemos preparado esta animación a partir de imágenes del Observatorio de Dinámica Solar (SDO). Se trata de un telescopio espacial de la NASA situado a 36 000 km de la Tierra, a la que orbita de manera geosíncrona, lo que le permite observar de manera continuada nuestra estrella. El siguiente vídeo resume la actividad desde el 5 al 26 de enero, la mayoría del tiempo con un imágenes espaciadas un cuarto de hora:
Animación que muestra el aspecto animado del disco solar durante el periodo 5-26 de enero (Imágenes del SDO/NASA). Se recomiendo verlo en pantalla completa, con la mayor resolución posible y ligeramente acelerado.
En este pequeño vídeo se ha podido constatar la presencia ininterrumpida y la evolución de grandes grupos de manchas, como digo, muchos visibles a simple vista con los correspondientes filtros. En algún caso merece la pena verlo más de una vez para darse cuenta de la emersión y evolución de las manchas dentro de los grupos. Curioso y típico también de la época de máximo en el que estamos es el hecho de que muchos grupos se formen prácticamente en la misma región, dando lugar a grandes "trenes" de manchas, muchas veces con reconexión del campo magnético, originando emisiones muy energéticas.
Sin ir más lejos, estos días hay un actividad interesante, con uno de los grupos especialmente grande, prácticamente con 5 veces el tamaño de nuestro planeta. En la Fig. 2 se muestra una foto de anteayer, con el disco entero del Sol y la Tierra a escala, para ayudarnos a asimilar las proporciones. Tenemos que tener en cuenta que el Sol, siendo más bien una estrella pequeña, es unas 100 veces más grande que la Tierra.
Como decía anteriormente, con los datos en la mano parece que hemos alcanzado (o estamos en ello) el primer pico del máximo solar. Muchos ciclos, como se aprecia en la curva gris de la Fig. 1, presentan en la curva un doble máximo, normalmente debido a la diferente actividad de ambos hemisferios, que no siempre converge. Es de esperar que en los próximos meses la actividad se mantenga o decaiga ligeramente para luego volver a incrementarse. Lo que no está claro es cuándo sucederá o cuál de los dos picos del máximo será más intenso.
Lo que sí que podemos decir en estos momentos es que, respecto a las previsiones hechas al acabar el anterior ciclo, el actual ha empezado con más fuerza de lo esperado. El pronóstico de consenso, que recoge un montón de previsiones realizadas con métodos diferentes, predecía un ciclo 25 con una actividad moderada, similar o incluso menor a la del ciclo 24, que no fue especialmente activo. Como decía antes, en estos momentos ya hemos alcanzado los niveles máximos del ciclo anterior, aunque todavía es pronto para saber cuál será su evolución durante los próximos meses. Sin embargo, la consecuencia previsible a este adelanto a las previsiones seguramente sea un ciclo más activo y con un máximo que se producirá antes de lo previsto (teóricamente en julio de 2025). A día de hoy parece que se adelantará a 2024 ... habrá que seguir observando para salir de dudas.
Fig. 3: Comparación de la actividad solar real con el pronóstico de consenso del panel que se encarga de recoger y evaluar las distintas previsiones sobre la actividad solar, actualizada el pasado enero: el ciclo 25 ha empezado con una intensidad mayor de lo esperado.