En la entrada anterior hablábamos de cómo algunos de nuestros socios observaron la histórica aurora (¿o fue en realidad un SAR?) que se produjo el pasado día 10. Continuamos ahora con la descripción de cómo la vio otro socio desde Sicilia, en el sur de Italia. ¡AstroDemanda es internacional!
Me encontraba ese viernes en nuestro observatorio en las faldas del Etna, a algo más de 1700 m de altitud, preparando la observación del tránsito de un exoplaneta (HAT-P-27b), cuando al mirar la pantalla con los datos meteo algo me llamó la atención. La imagen del cielo que mostraba la cámara "all Sky" mostraba un intenso color rojo por el horizonte norte. Lo primero que pensé es que el Etna había entrado de nuevo en erupción, así que salí fuera inmediatamente para comprobarlo. Nada. Se podía seguir observando. Siendo un observador solar habitual, enseguida caí en la cuenta del gran grupo de manchas visible esos días y la gran tormenta solar en curso, ¡se trataba de una aurora! ... ¡¡en Sicilia!! (que se encuentra a la altura de Granada, a unos 37º de latitud, cinco por debajo de Burgos).
Imagen de la aurora vista desde la cámara "all Sky" de nuestro observatorio del Etna
Cuando tuve la oportunidad, salí fuera y me puse ya a observar detenidamente el cielo. A simple vista no se veía nada. Tal vez, sabiendo que había una aurora, se podía intuir un leve color rojizo en el horizonte NE, pero en ningún caso era algo claro. Tenía mi equipo de astrofotografía listo, pero nada de gran campo suficiente para capturar el fenómeno con el paisaje. Aproveché lo que tenía y saqué un par de fotos consecutivas (de solo 2" de exposición para no exagerar el color): una de la zona de la aurora (entre Cefeo y la zona por debajo del Cisne) y la otra sin aurora, centrada en Vega. La diferencia de color en el fondo de cielo es evidente, pero, claro, no es la típica foto de gran campo. Aún así, sirve como ejemplo para ver la diferencia:
Comparación de la zona del cielo con y sin aurora/SAR. Ambas fotos se tomaron de manera consecutiva y con la misma configuración de la cámara.
Pero ... ¿Aurora o SAR?
En la entrada anterior explicamos cómo se producen las auroras y cómo, en ciertas ocasiones muy poco habituales, se llegan a ver desde latitudes tan al sur. Sin embargo, en este caso, la explicación parece ser otra: un ARCO ROJO AURORAL ESTABLE (SAR por sus siglas en inglés). El SAR es un fenómeno que, a diferencia de las auroras, solo se produce en presencia de grandes tormentas solares. Sin embargo, su origen es parecido: la interacción del viento solar con la magnetosfera terrestre. En este caso las partículas cargadas no entran por los polos siguiendo las líneas del campo magnético, sino que son atrapadas a gran altura en los cinturones de Van Allen. Se trata de dos anillos de radiación, toroidales (es decir, en forma de donut), que protegen la Tierra del viento solar y los rayos cósmicos. En estos anillos (dos estables y un tercero, temporal, que en ciertos momentos se forma entre ambos) se concentran las partículas cargadas que nos llegan del espacio y que son atrapadas por el campo magnético.
Dos representaciones esquemáticas de los cinturones de Van Allen
En el cinturón interno, compuesto principalmente por protones, es donde se producen estos arcos SAR. Normalmente este anillo se encuentra a una altura en torno a los 1000 km de la superficie terrestre. En condiciones de fuertes tormentas solares, nuestro campo magnético se debilita (temporalmente, después se vuelve a recuperar) al interaccionar con la gran cantidad de plasma que le llega del Sol. En estos momentos su altura desciende hasta los 400-500 km, solapándose con la parte más alta donde se producen las auroras. A esta altura, como ya explicamos en la anterior entrada, la concentración de oxígeno es muy baja y su interacción con estos protones capturados en el anillo genera la radiación rojiza que hemos visto estos días. Normalmente, estos arcos son invisibles al ojo humano y sólamente en casos excepcionales como el que sucedió el pasado día 10, con una tormenta de tipo G5 (la clase de tormenta más energética), llegan a ser percibirse a simple vista. A diferencia de las auroras, estos arcos sólo se producen a latitudes medias y como se define en su nombre, son muy estables (sin grandes cambios ni estructuras) y son de color rojizo. Esto es lo que yo vi desde Sicilia, tal cual.
Espectacular imagen de Tristian McDonald, APOD de la NASA el pasado 3 de enero. Aurora y SAR captadas desde Nueva Zelanda (se pueden ver las Nubes de Magallanes en la parte alta de la aurora).
Sin embargo, si ya es muy difícil separar la cola de una aurora vista a bajas latitudes de un arco SAR, la cosa se complica aún más teniendo en cuenta que muchas veces conviven, como se ve en la foto anterior. En este caso se aprecia perfectamente la aurora, tanto la parte baja, típicamente verde, como la más alta rojiza, con estructuras verticales (cortinas). Además, como algo raro, se puede ver en la parte superior un SAR, rojo también, con una clara estructura de arco. Normalmente lo que vemos es luz difusa roja y más cerca del horizonte.
Como resumen, quería terminar explicando que lo que vimos (o mejor dicho fotografiamos) la noche del 10 al 11 de mayo se trató mayoritariamente de un arco SAR, aunque en algunos casos más al norte (tanto en Italia como en España) llegó a estar acompañado de la parte residual de una aurora boreal. Aunque la mayoría de los medios hablaron solo de aurora, y seguirán haciéndolo en las próximas ocasiones en que esto suceda, me parecía necesario hacer esta aclaración y hablar de los SAR, un fenómeno muy poco conocido. Esperemos que en los próximos meses podamos disfrutar de algún otro ...
Breve "time lapse" hecho con las imágenes de la cámara "all sky" de nuestro observatorio, tomadas con un intervalo de cinco minutos.