martes, 10 de mayo de 2016

Un tránsito pasado por agua

     Después de esperar 10 años, desde aquel 8 de noviembre de 2006, el esquivo Mercurio volvía a transitar por el disco solar en una poco frecuente alineación Sol-Mercurio-Tierra. Al igual que en 2006 las condiciones climatológicas no han acompañado, pero esta vez al menos he podido observar el minúsculo disco del planeta sobre un Sol entre nubes (cuando no lloviendo) en un par de ocasiones, lo justo para llevarme esta postal de recuerdo, aunque apenas sin tiempo para poder enfocar.


      Como se puede comprobar, especialmente mirando a través del telescopio, Mercurio es más redondo y sobre todo más oscuro que las manchas solares, lo cual es lógico si pensamos que las manchas son regiones del Sol muy calientes (que suelen sobrepasar los 3000 ºC), y, que sólo por comparación con el resto de la fotosfera, más caliente todavía (algo menos de 6000 ºC), aparecen oscuras. El pobre Mercurio, que sufre unos cambios muy bruscos de temperatura (llegando a alcanzar una diferencia entre el día y la noche de 500 ºC), nos muestra su cara nocturna, a unos -170 ºC, que como decíamos, es bastante más fría que una mancha solar.

     También es interesante comparar los distintos tamaños de la Tierra, Mercurio, Venus y las manchas solares.  Obviamente, desde la Tierra sólo podemos ver sobre el disco solar a los planetas que se encuentran en órbitas más cercanas al Sol que la nuestra, es decir, a Mercurio y Venus. Sus discos sobre el Sol son, por tanto, proyecciones y no su tamaño real. Por ejemplo, Venus aparece bastante más grande que Mercurio tanto porque físicamente es más grande (más del doble) como porque está bastante más cerca de nosotros.

        El tamaño de las manchas solares, en cambio, sí es real puesto que son fenómenos que ocurren en la atmósfera solar. Véase la mancha 2192, de la que ya hemos hablado otras veces en este blog, la más grande del actual ciclo solar. ¡Es enorme! Hay una imagen de la Tierra a escala, para poder hacer una comparación adecuada (en la parte inferior, dentro de un cuadradito blanco, para que se vea mejor). Como se observa, cualquier mancha solar medianamente grande alcanza el tamaño de nuestro planeta, aunque a nosotros con el telescopio no nos parezca gran cosa.

     Comentar también que Venus, cuyo disco sobre el Sol aparece algo más grande que la Tierra, en realidad es ligeramente más pequeño. Mercurio, que ya se ve pequeñito, es todavía algo menor, menos de la mitad de nuestro planeta.




        A nivel científico, los tránsitos de Mercurio y especialmente los de Venus han sido aprovechados históricamente para la determinación de la distancia Tierra-Sol, la llamada unidad astronómica, y con ello, conocer el tamaño absoluto del Sistema Solar.      

        La siguiente oportunidad que tendremos para presenciar un tránsito de Mercurio será el 11 de noviembre de 2019. Entre tanto podremos disfrutar de otros muchas carambolas planetarias, como por ejemplo del interesantísimo eclipse de Sol en agosto del próximo año ...

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